La persona es un ser eminentemente social. Viene al mundo en el seno de una familia. Vive y se desarrolla en sociedad. Se alimenta de los frutos de la tierra y del trabajo de las personas. En la sociedad vivimos una creciente polarización que causan numerosos enfrentamientos y división. Por eso se hace urgente promover la cultura del encuentro para salir de nuestro propio yo y acoger “al otro”, tal como es y en el contexto en que vive. Una gran mayoría pensará que la cultura del encuentro es una utopía. Recordemos que “para Dios no hay nada imposible” (Lucas 1,37). Por otro lado, vemos en la sociedad actual que cada uno, cada familia, cada grupo viven dentro de su propia burbuja con el insumo de la ansiedad y depresión que agudizan los desencuentros con la soledad y la tristeza. Cada uno vive su propia vida sin interesarse por los demás. La sinodalidad es “caminar juntos” como un antídoto al individualismo y la competitividad que nos exige la sociedad consumista y tecnocrática en la que vivimos. La cultura del encuentro y la sinodalidad son dos características esenciales de la Iglesia Católica, impulsadas ahora, con mayor vigor, por el Papa Francisco. La cultura del encuentro promueve la salida de nuestro propio yo, para sentir “con el otro”. Este paso del yo al tú es necesario en el crecimiento de la persona, como ser social. Todos nos enriquecemos y descubrimos el “nosotros”, como sociedad, como humanidad, como Iglesia. Este es el camino de la cultura del encuentro: salir de nuestro propio yo, al tú y juntos crezcamos en el “nosotros”. La sinodalidad es sinónimo de Iglesia, según San Juan Crisóstomo, porque participamos todos. Por nuestro bautismo, somos miembros del Pueblo de Dios que “peregrina en su camino entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios, anunciando la cruz y la muerte del Señor, hasta que El venga” (Vat. II, LG 8). La sinodalidad es dialogar, escuchar, respetar a la persona con su propia idiosincrasia y diferencias sociales, culturales y religiosas. El ejemplo de Jesús nos ayuda a vivir la cultura del encuentro (“el Dios con nosotros”- Mateo 1,23) y la sinodalidad (“Vayan por todo el mundo...” – Mateo 28,19).  En conclusión, urge educarnos y educar para una cultura del encuentro y la sinodalidad para la transformación de la humanidad. Esa es nuestra esperanza. Autor y ponente: Cardenal Pedro Barreto S.J. Pedro Barreto es Cardenal de la Iglesia Católica, Arzobispo Emérito de Huancayo, presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía CEAMA, y miembro del Sínodo sobre la sinodalidad, cuya segunda sesión, en la que participará, tendrá lugar en octubre de 2024. Conferencia organizada por la Asociación Pedro Fabro y  la ONGD Ayuda MAS.